En un acto oficial, el intendente de La Calera, Fernando Rambaldi, aseguró que profundizará una grieta “moral” en la ciudad, diferenciando a quienes trabajan con honestidad de los que delinquen o se aprovechan del Estado.
Por Gustavo Restivo
La Calera. En un acto encabezado junto al ministro de Seguridad de Córdoba, Juan Pablo Quinteros, el intendente Fernando Rambaldi dejó en claro que su gestión va a tomar partido en lo que considera la verdadera grieta que atraviesa a la ciudad: “No es política, es entre los buenos y los malos, entre los honestos que trabajan y los corruptos que se aprovechan del Estado”, afirmó ante funcionarios y vecinos.
La declaración, que marca un giro discursivo más firme y confrontativo, se dio en el marco de la presentación del funcionamiento del nuevo Centro Operativo de Monitoreo, una infraestructura clave para fortalecer la prevención del delito en el municipio. Rambaldi agradeció la colaboración provincial, pero no eludió el tono de definición ética y política: “Yo me voy a encargar de profundizar esa grieta, y quiero que se sepa de qué lado estamos”.
El intendente vinculó su postura a un compromiso con los vecinos, en particular con aquellos que —según dijo— reclaman transparencia, orden y presencia del Estado local en la calle. “Nos toca gobernar en tiempos difíciles, pero vamos a poner el cuerpo todos los días. No se trata solo de cámaras o patrullas, se trata de valores”, remarcó.
Desde su asunción en diciembre del 2023 pasado, Rambaldi ha buscado marcar distancia con prácticas heredadas, promoviendo una narrativa de “reconstrucción institucional”. Sus palabras no pasaron desapercibidas en la dirigencia local, donde algunos sectores ya señalan que el intendente busca posicionarse como un referente de mano firme y gestión austera, con un discurso que apela tanto a la ética como a la seguridad.
Con esta definición pública, el mandatario calerense deja sentada su postura: en La Calera, la grieta no es partidaria, es moral.